Superficie blanda del valle agrava intensidad de daños por sismos
El terremoto ocurrido en Aiquile en 1998 destrozó casas. opiniÓn archivo
Las características geológicas del casco viejo de Cochabamba, al haber sido un gran territorio de vertientes de agua, se constituyen en un factor más de vulnerabilidad frente a los sismos, según el análisis e investigación del especialista en sismoresistencia, Arturo Osvaldo Antezana Moruno.
El experto señala que Cochabamba, por haber sido qhocha (colmada de asequias) con el tiempo fue colmatandose con lama y arcilla que formaron una superficie blanda.
“Cuando la onda superficial sísmica atraviesa esta zona, ésta se magnifica en amplitud y la carga de más energia”, explicó Antezana.
Al ampliarse la onda y tener más energía, ésta llega a la cota 2700 donde se encuentra el macizo rocoso del Tunari y “la liberación de energía es mucho más fuerte y desastrosa”, según expresó Antezana.
Esta situación representa, por tanto, una de las mayores vulnerabilidades para la población, más aún cuando se permitieron los asentamientos humanos por encima la cota 2750 y en todas las laderas de los cerros Alto Cochabamba, Villa Armonía, Sebastián Pagador y Cerro Verde. “Por esta razón es que no se debe permitir los asentamientos en las faldas del cerro de San Pedro y la Coronilla”, acotó Antezana.
Se debe considerar además que en el territorio valluno existen cinco fallas geológicas superficiales, en Tapacarí, Sipe Sipe, Chapare, Mizque y la falla del Tunari que agravan la situación. Por estas razones, Cochabamba es la segunda región, después de Potosí, en registrar movimientos telúricos más frecuentes.
Según los registros del Observatorio San Calixto en La Paz, el año 2013 en Cochabamba se registró 43 sismos con una magnitud superior a los 3.5 grados; mientras que Potosí llegó a 66 y Santa Cruz a 23.
Considerando estas condiciones geológicas, existen acciones que podrían evitar un daño mayor, sin embargo muchas de ellas no se cumplen. Por ejemplo, medidas como incorporar en las construcciones criterios de sismoresistencia tanto en edificios como en pequeñas construcciones, pero fundamentalmente en espacios públicos como colegios, guarderías, mercados, coliseos, cines y otros de concurrencia masiva.
Pero además las medidas de señalización de zonas seguras en edificios y de vías de escape y de permanencia para protección durante el sismo (20 a 30 segundos).
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